



Cuatro delicados aros unidos por un degradado de azules in crescendo forman estos únicos pendientes. Imbuidos en una magnética y serena aura, esta versátil joya se convertirá en el amuleto definitivo, perfecto para activos días y místicas noches. Una base de plata de ley 925 bañada en oro de 18 quilates acompañan un éxtasis fulgurante de brillantes cristales blanco azulado, azul cielo y azul ultramar cuidadosamente cortados a mano sobre una base de nácar natural.